lunes, 4 de octubre de 2010

LA EDUCACION EN BOLIVIA

CAMBIO EN LAS AULAS
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El investigador Erick Jurado considera que el actual debate ideológico-político sobre la educación en el país demanda respuestas de la investigación científica para saber cómo llevar la práctica del aula el concepto de la descolonización, cómo vincular la política educativa al desarrollo y cómo renovar los contenidos de la enseñanza.
Desde el planteamiento gubernamental de un nuevo enfoque a la educación, a través de la Ley Avelino Siñani (actualmente a la espera de aprobación por el Congreso), el proceso denominado “de cambio” ha irrumpido en el discurso de las autoridades, aunque el cambio en la práctica educativa, en el espacio concreto del aula, todavía no se puede plasmar.
Según Jurado, coordinador del Área Educativa, Regional Potosí, del Centro Boliviano de Investigación y Acción Educativas (CEBIAE), el proceso de aula es el mismo. “A estas alturas la propuesta curricular de práctica áulica de la Reforma Educativa es incorporada con menos resistencia (que antes) por parte de los actores”. Y parece ser que “los profesores están asumiendo la práctica que se ha empezado a consolidar y se atrincheran ahí para responder al embate ideológico del cambio”.
Hasta ahora no existe una estrategia metodológica que concrete el cambio ni se han planteado políticas públicas para modificar el proceso de enseñanza-aprendizaje en el país, dice el experto. El Ministerio de Educación conformó hace dos años una comisión de sabios indígenas para que elaboraran una propuesta curricular, supuestamente reuniendo lo más destacado del saber originario e indígena para incorporarlo al conocimiento moderno. No se conoce aún sus recomendaciones, lineamientos o normativas que establezcan cómo es la educación en términos de la descolonización aplicada al aula.
Según el investigador de temas educativos, eso perjudica mucho a la gestión educativa en las escuelas porque no se sabe qué tipo de contenidos se van a impartir. El profesor “tiene psicosis al decir: si enseño historia universal, ¿estaré contribuyendo a la colonización?; si enseño la historia del Tawantinsuyo, ¿estaré cayendo en un reduccionismo?”.
Es por eso, en criterio de Jurado, que el discurso de “cambio” en la educación debe completarse con respuestas a cuestiones sin resolver. A saber: cómo opera la descolonización en los distritos escolares, el municipio o el aula; cómo se deben enseñar de manera descolonizada los conocimientos; qué significa la descolonización en términos de gestión, de formación docente, de diversificación curricular; cómo debe aportar la descolonización a un “conocimiento nacional”, llámese de la nación indígena o criolla, con contenidos redefinidos.
La investigación debería aportar las respuestas a esas consultas para saber en qué términos se debe abordar esa descolonización que ahora está en teoría, señala Jurado.
Sesgos
El investigador advierte que si bien es importante definir e investigar cómo aplicar la descolonización a la escuela, la educación tiene también problemas tradicionales, como por ejemplo la vinculación política de lo educativo al desarrollo, a la lucha contra la pobreza, a la formación de elementos calificados que permitan a la gente superar su situación actual, romper los ciclos y círculos de reproducción social (pasar de un sector social, como obrero, a otro, como profesor).
El hecho de que Bolivia tenga diferentes regiones geográficas y culturales también implica desafíos para la educación. Un Estado multinacional y pluricultural remite a diferentes visiones de universos, de economías, de política, de ética; entonces la educación debe definir cómo se va a formar al individuo de cada región para que sirva a enfrentar los problemas latentes y concretos de las regiones. Según Jurado, “si no hay una visión de desarrollo local de país, no vas a tener mucha ayuda de lo educativo”. En el campo de autonomías departamentales, por ejemplo, sería interesante definir en el marco educativo qué tipo de persona se necesita a la larga, qué conocimientos tiene que cultivar y qué tiene que descartar.
La articulación entre los niveles de formación es otro problema que debe ser superado. Muchas veces la primaria, la secundaria y la universidad no logran engranar como partes de un mismo sistema educativo, por eso se sabe de adolescentes que pisan las aulas universitarias sin poder terminar una lectura de comprensión. Jurado apunta que esta situación puede complicarse más con la demanda de los pueblos indígenas de contar con sus propias universidades.
Así que se trata de que la investigación científica pueda aportar con soluciones a las problemáticas de la educación –según Jurado–, pero a la vez esas respuestas pueden llegar por el orden de nuevas políticas educativas y un renovado ordenamiento administrativo para definir cómo se incorporan las nuevas normativas y cómo se puede desarrollar la práctica educativa en un contexto diverso.
Al mismo tiempo que resolver los problemas planteados por la educación, Jurado dice que es necesario comenzar a pensar cómo abordar las demandas de los gremios docentes, como la inamovilidad funcionaria que, si bien genera estabilidad laboral, a la vez puede caer en un anquilosamiento de algunos docentes que no se renuevan.